Mar Cases nos cuenta los secretos del éxito de Alhuka Moda Infantil

Conoce de primera mano, todo lo que se esconde detrás de la marca de moda infantil que poco a poco se abre camino entre las grandes marcas.

¿Qué significa en tu caso ser una emprendedora?

Para mí, ser emprendedora es crear algo. En mi caso, siempre me ha atraído la moda infantil. Desde que tuve a mi niña Alba, veía la ropa de los peques y me gustaba la idea de poder crear yo misma los modelos. Cuando me metí a estudiar sobre este sector, siempre tuve la idea en mente de crear una marca y sabía que se llamaría Alhuka.

Al final emprender viene a ser tener un sueño y llevarlo a cabo. Y por supuesto ver que es reconocido y que gusta a la gente.

¿Cuáles son los primeros pasos para ser emprendedora?

Lo mas importante es tener confianza en una misma, muchísima confianza. Tener muy claro lo que quieres hacer: que sea bueno y que guste.

Aunque si lo pienso detenidamente, quizás sea mas importante aun tu confianza en el producto que estas ofreciendo y no ser conformista. Hay que ser ambiciosos para poder sacar adelante una empresa. Empezar poco a poco e ir creciendo siempre que se pueda y no relajarte.

¿Cómo se empieza desde cero?

Pues la verdad es que es muy buena pregunta, porque nosotros hemos empezado realmente desde cero. Ni Antonio (mi marido) ni yo provenimos de este sector ni teníamos experiencia previa. Por lo tanto puedo decir que a nosotros nos ha costado mucho, tanto por la parte familiar como por la económica.

Ademas en ese sector hay que viajar mucho, salir a la calle para ofrecer lo que has creado y al principio es muy duro, pero con tiempo y constancia todo se consigue. Luego ves que la gente empieza a conocer a Alhuka, que empiezan a confiar en el producto, se consiguen las primeras ventas y sin darte cuenta ya has puesto la maquinaria en marcha.

¿Cuales son los mayores pros y los contras al principio?

Contras hay muchísimos. El primero y peor, que no tienes tiempo para nada. Ni para tu familia, ni para tus amistades, ni para ti. Solo tienes tiempo para trabajar, trabajar y trabajar más. Ademas, al iniciar un negocio, tu economía se resiente. Todos son gastos por todos los lados y debes tener claro que lo que generes de beneficio lo tienes que reinvertir. Pero si tienes un buen producto y trabajas duro, con el tiempo la cosa se regulariza y empiezas a tener una vida “normal”.

Lo mejor de todo, si duda, es: la satisfacción de tener algo propio. Creado por ti y lo mas de lo mas: es la primera vez que viajas a una ciudad y ves por la calle a una niña con la ropa que tu has diseñado. Solo por eso, merece la pena todos los sacrificios que hayas tenido que hacer.

Algo muy bonito también es toda la gente que te apoya, sobre todo las mamas de las peques, que siempre están ahí. Y el apoyo continuo y ánimos que nos demuestra nuestras tiendas de siempre.

¿Por qué el sector de moda infantil de alta costura?

Pues la “culpa” de todo la tiene mi abuela, que se dedicaba a la confección, hacia arreglos y yo crecí alrededor de ese mundo y siempre me ha llamado la atención. En concreto, dentro de todo lo que es moda, yo me volvía loca por la ropa de niños. Y ese es el motivo principal de que nos decantásemos por el sector de moda infantil.

¿Cuál ha sido la principal barrera que te has encontrado en el camino?

No tengo ni que pensarlo: la puerta fría. Que te digan que no una y otra vez, es bastante duro. Y además, también viajar sola. Esas han sido para mi, mis grandes barreras que con mucho trabajo he conseguido superarlas.

Otras barreras han sido que nadie nos conocía y hemos tenido que introducir la marca poco a poco, además sin tener experiencia previa en este sector. Eso también ha sido muy duro, la verdad.

En cuanto a la competencia soy de las que piensa que es importante llevarse bien entre nosotras. Cada uno debe defender su producto, pero estar ahí para echar una mano a una compañera si lo necesita.

¿Qué es lo que hace diferente a Alhuka de otros fabricantes?

Yo creo que nos diferencia bastante la confección. Nos hace diferentes la capacidad de producción, el hacer cosas a medida. También cuidamos mucho los detalles y todo esto, sin tener un precio elevado.

A ver, es fácil tener un estándar de calidad alto si tienes unos precios muy elevados. Lo realmente complicado es ofrecer la calidad en la confección que damos nosotros manteniendo los precios “a raya”.

Además, somos una empresa familiar, por lo tanto eso lo trasladamos al trato con la gente, al teléfono, y se nota. Nos lo dicen muchos de nuestros clientes, que da gusto llamar a la oficina, que los tratamos como si fuesen de la casa (y lo son). Para nosotros no son números, son personas con nombres y apellidos; y queremos que se sientan a gusto trabajando juntos.

¿De donde surge el nombre de Alhuka?

Pues se trata de un juego de palabras en honor a mi hija, Alba Hurtado Cases, solo que decidimos cambiar la “C” de Cases por una “K”, porque nos pareció que quedaba mas bonito.

¿Cuál es el balance de estos años?

Pues diría que el balance está siendo bastante positivo. Hemos aumentado año a año las ventas. Hemos subido un montón en ceremonia comunión, ya que hemos presentado una colección que ha tenido muy buena acogida y excelentes críticas por parte de los profesionales.

¿Te acompaña alguien más en este proyecto?

Pues las dos personas más importantes de mi vida. Mi hija Alba y mi marido Antonio.

¿Qué consejo le darías a una persona que quiere emprender pero no se atreve?

A ver, cuándo quieres emprender tienes que tener muy claro lo que quieres crear. Y sobre todo tener clarísimo es muy duro. Que hay que hacer muchos sacrificios y aguantar muchas cosas. Que vas a estar durante un tiempo bastante fastidiado, porque todo será trabajar y trabajar y los frutos tardan en llegar. Ojala hubiese una varita mágica para tocar algo y convertirlo en oro. Mi marido Antonio y yo, sabemos que hay una tecla que si das con ella, te lleva al triunfo, lo difícil es saber cual de todas las teclas es. Así que vamos tocando todas y a ver si suena bien.

También le diría que confié en lo que va a hacer o crear. Que tenga los pies en el suelo y que sea muy humilde. Que no tenga miedo, porque al final es un camino de constancia, que lo puedes hacer mejor o peor, pero si eres constante al final acabas tirando para adelante.